ANTHRŌPOSUELOS
Territorios no rotados, profanados
y dignificados
A lo largo de la historia, la relación entre el ser humano y el territorio ha estado marcada por visiones coloniales que buscan adaptar la tierra a las necesidades humanas en lugar de promover un crecimiento conjunto. Esta perspectiva ha provocado la explotación del suelo, la pérdida de ecosistemas y la concepción de ciertos espacios como improductivos o indeseables, como sucede con los llamados lotes baldíos.
En el contexto local de Colima, el Parque Regional Griselda Álvarez representa un espacio de valor ecológico y social que enfrenta tensiones derivadas de la urbanización. Con frecuencia, se perciben las áreas no cultivadas como “monte” o “espacios sucios” y buscan hacerlos más estéticos introduciendo o quitando otras especies, sin reconocer que las plantas nativas en realidad mantienen una microbiota rica y cumplen funciones vitales en el equilibrio del ecosistema.
Reconozcamos el suelo como un territorio vivo más allá de las categorías culturales que lo reducen a lo útil o improductivo e imaginemos formas equilibradas de habitar con el entorno que nos rodea.
A través del mapa interactivo puedes relacionar las cromatografías con experiencias propias, con el registro de especies y observaciónes en los sitios de muestreo y abrir una conversación visual colectiva que dignifique la manera en la que percibimos el suelo y a futuro estimule imaginarios simbióticos en relación con el territorio. ¡PARTICIPA!